
Los CEO’s del Futuro – Habilidades Emocionales y Formación
El otro día leíamos un artículo del diario Expansión, en el que hacía referencia a un reciente estudio, los resultados del cual indican que los jóvenes de hoy en día consideran que los CEO’S del futuro no irán a la universidad.
Más allá del llamativo título, al ahondar en el contenido, explica como la “generación zeta” (que es la denominación para la generación siguiente a la de los ya conocidos “millenial”) ya contempla, como necesarias para la dirección de una compañía, toda una serie de habilidades emocionales la cuales, junto al conocimiento práctico (que no teórico, entendido como el conocimiento universitario) serán condición sine qua non para el éxito.
No sólo nos llamó la atención, sino que nos pareció muy interesante en tanto en cuanto confirma la tendencia del viraje de la gestión de personas hacia una vertiente más interpersonal y empática. Todo ello con un añadido que no podemos pasar por alto, el cual es que ya no se tratará de cambiar la perspectiva para poder asumir esa gestión más “humana” por parte de los profesionales, sino que ya tendremos toda una generación nativa en esta propia forma de entender la gestión de personas y las relaciones interpersonales. ¿Qué supone esto? Pues que de la misma forma en que ya no conciben una vida sin la tecnología, porque no lo han vivido nunca, tampoco concebirán sistemas o métodos de gestión que no sean los ínsitos a su propia generación.

¿Supone ello que llegará un momento en que la vertiente emocional para la gestión de personas será algo nativo y no una tarea pendiente de abordar?
¿Será absolutamente necesario el hecho de que los CEO’S del futuro dispongan de estas habilidades blandas como “barrera” o medida de control en cuanto a la entrada de la inteligencia artificial en materia de recursos humanos?

Otra de las cuestiones interesantes es que los jóvenes consideran que estos líderes emocionales no cursarán carreras universitarias, sino que realizarán formaciones prácticas en materias concretas, en modo on-line. No perdemos de vista que, hoy en día, lo que se denomina el perfil duro es un imperante y tiene un peso fundamental, en lo que respecta al acceso a una posición vacante. Cierto es que las soft skills, de un tiempo hacia aquí, han cogido fuerza y cada vez están más presentes pero, mucho tendrían que cambiar las cosas, para que las hard skills perdieran fuerza en pro del resto de habilidades y de las competencias de la persona, a pesar de no haber sido adquiridas mediante conocimientos teóricos. No perdamos de vista cuantos grandes managers existen en el mundo, los cuales dejaron sus estudios universitarios.
¿Sería este sistema más efectivo para formar líderes capaces de afrontar la gestión del cambio más rápidamente?
Muchas cuestiones se suscitan ante la expectación sobre cómo evolucionará la gestión de los recursos humanos y la propia dirección de las compañías del futuro. Pero, desde luego, es inexpugnable que las habilidades emocionales son, no sólo necesarias, sino fundamentales para el management.