
Management en positivo – El viraje del liderazgo
La función principal de quienes ostentan una posición directiva es el liderazgo. Si acudimos a la primera acepción de la RAE sobre la palabra “liderazgo”, encontramos lo siguiente: condición de líder.
Sentadas las bases, la primera pregunta que nos formulamos es: ¿Y que es un líder? Pues bien, la definición de líder y de las condiciones que debe recabar para desarrollar un liderazgo efectivo es algo que ha ido evolucionando a lo largo de los años.
Si tuviéramos que responder a esta pregunta, lo tenemos claro: un líder es aquella persona capaz de llevar a cabo un liderazgo emocional.
Claro está, y nadie lo pone en duda, que entre las funciones de un líder encontramos su capacidad de establecer estrategias, marcar directrices, objetivos y la forma y medios para llevarlos a cabo, comunicar, transmitir los valores de la empresa, acompañar y desarrollar equipos, entre otras muchas. Pero, todo esto, ya no es suficiente; y aquí, es donde se ha producido el viraje del management. Los líderes deben dar un paso más allá y desarrollar sus habilidades de liderazgo emocional.

¿Y qué es el liderazgo?
Esta es una de las mejores preguntas que nos podemos hacer. Y la primera base es que el liderazgo emocional es una forma de management que sólo podrá ser llevada a cabo por un líder emocional. Cuando hablamos de un líder emocional, nos referimos a una persona con unas soft skills muy concretas y, sí, estamos hablando de un elemento etéreo ínsito a la propia persona. Algunas de estas habilidades son:
- Pensamiento positivo.
- Conciencia y capacidad de gestión y control sobre sus propias emociones.
- Empatía.
- Asertividad.
- Colaboración.
- Mentoring.
- Humildad.
- Empoderamiento.
Una vez definido lo que es un líder emocional, podemos definir de qué se trata el management en positivo o emocional. Básicamente se trata de aquel management donde el líder es capaz de añadir la gestión y orientación emocional propia y de las personas que lo rodean, al resto de funciones estándar propias del liderazgo. Sus principales características son:
- Ver soluciones/oportunidades cuando surge un problema.
- Anticipación y percepción de estados de ánimo contraproducentes para la persona y para la compañía, detectar causas y eliminarlas.
- Hacer de mentor en la gestión de equipos para transformar habilidades en competencias y darles una mayor autonomía.
- Detectar el talento y promocionarlo.
- Gestionar a las personas desde la cercanía, empatía y humildad.
- Conseguir que la cultura emocional de la compañía se interiorice y sean las propias personas quienes la abanderan, defienden y comparten.
- Colaborar en el TO DO y en cómo debe ejecutarse.

El mundo y todos los elementos que lo conforman están en constante cambio y, en el caso que nos ocupa en este artículo, creemos firmemente en que el cambio nos lleva a la mejor versión de nosotros mismos, aplicada al mundo empresarial. Y la mejor versión no es la que tiene más dinero o más poder, sino la más emocional.
Las personas somos emociones y, durante mucho tiempo, nos hemos olvidado de ello preocupándonos sólo de lo material o tangible (por aquello de “sólo creo en lo que veo…”); pero la realidad es que ya es hora de que adquiramos conciencia, conozcamos y trabajemos sobre nuestras emociones, porque son el pilar fundamental de nuestra vida.
Por ello, os animamos a pensar un segundo qué consecuencias (todas positivas, ¡seguro!) podría tener este management en vuestra compañía.
En Skycorp, centramos nuestros procesos de selección no sólo en competencias, sino en todas aquellas habilidades que marcarán la diferencia. El talento para el avance.
También acompañamos a nuestros clientes en procesos de cambio organizativo basados en la forma de liderar, virajes de estructura jerárquica, cultura corporativa, y mucho más.
¿Hablamos?